Intersexión COVID MX
Sahí
Año 2020, ¿nos lo imaginábamos así? Seguramente no, ninguno de nosotros pensamos que viviríamos algo parecido a una película, salir únicamente por necesidad, permanecer en encierro para protegernos y proteger a quienes amamos. Al salir nos encontramos con las calles casi vacías, no parece la realidad, pero es con lo que hemos aprendido a vivir estos meses.
Inicié mi cuarentena en abril como la mayoría y ésta se ha visto prolongada indefinidamente. Mi familia vive en Quintana Roo y yo en CDMX por lo cual me ha tocado llevarlo sola. En los primeros días leía mucho sobre la situación y veía en redes sociales cada avance y cómo lo sobrellevaba la gente. Pero, me di cuenta que eso no en todos los casos ayuda, tanta información puede ser abrumadora, no ayuda a mitigar la ansiedad. Y aunque ahora entro de vez en cuando a las redes sociales, últimamente me ayuda descansar de todo ello. Antes ir a clases de body combat era una ayuda para desestresarme, ahora no poder hacer la actividad física como acostumbraba definitivamente no ayudó al estrés. Y el pequeño cuarto en el que estoy tampoco ayuda mucho, y menos con los vecinos; pues tengo vecinos en el piso inferior.
Algo que se ha convertido ya en costumbre es poner velas aromáticas durante mi tiempo de home office. Al ser éste el nuevo entorno en donde estoy 24/7, tener un espacio relajado ha ayudado mucho, como también tomarme el tiempo para desayunar e incluso aprender a preparar galletas de avena y pizza sin harina.
Son tiempos de introspección, para buscar y encontrarnos. Sobre todo para quienes pasamos la cuarentena por nuestra cuenta, adquiriendo algunas nuevas habilidades y en momentos simplemente tratando de seguir con esta "nueva normalidad", pero sin duda alguna conociéndonos un poco más.
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